domingo, 24 de abril de 2016

Los padres del niño con autismo

Hola, en mi entrada semanal hablaré sobre los padres del niño con Autismo, lo cuál ya expliqué lo que era era el autismo en una de mis entradas semanales.
Cuando un grupo familiar se enfrenta al nacimiento de un niño con autismo, los
padres, hermanos (si los tiene) y parientes cercanos inician un camino difícil: el reto de
entender las características que conforman este Síndrome, y unificarlas en torno al
niño para poder manejarlo y educarlo adecuadamente.
 El papel de los padres
Los padres de un niño con autismo tienen que hacerle frente a una serie de
dificultades, tanto en el campo emocional como en el eminentemente práctico. La
presencia en la familia de un niño con alguna discapacidad se convierte en un factor
potencial que puede perturbar, en forma significativa, la dinámica familiar. Una vez
diagnosticado el trastorno, los padres han de pasar por un cambio de actitud, que
implica un largo y doloroso proceso educativo, con un alto grado de estrés, que
requerirá además de asesoramiento profesional cualificado. Este tipo de trastorno les
produce a los padres problemas emocionales característicos. Tomando en
consideración los aspectos apuntados anteriormente, cuando el niño es pequeño (en
general el diagnóstico no se realiza antes de 1-2 años de edad), los padres tienen que
llegar a comprender las respuestas a interrogantes como las siguientes:
¨ ¿Por qué el niño llora constantemente sin una causa aparente?
¨ ¿Por qué no toma sus alimentos en la misma forma que los niños de su misma
edad?
¨ ¿Por qué presenta conductas repetitivas?
¨ ¿Por qué no acepta el contacto físico o permanece aislado la mayor parte del
tiempo?
¨ ¿Por qué no sabe comunicarse, ni utilizar el lenguaje en forma apropiada?
El papel de los padres es de suma importancia en la integración social del niño,
sólo así se dará una mejor convivencia que permita mantener a la familia unida. Esto
por cuanto las conductas que presentan los niños con autismo son un factor disruptivo
en el entorno, y muchas veces constituyen la causa de la desintegración de los núcleos
familiares. El comportamiento del niño, por sí solo, influye el ambiente. Un niño que
llora, que corre de un lado a otro arrasando con lo que encuentra, que hace berrinches
sin una causa aparente en forma sistemática y sostenida y que se aísla y presenta
conductas repetitivas, se convierte en un factor que desencadena estrés y en una
fuente de desequilibrio para la armonía del hogar.

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